La primavera nos trae una novia romántica y bohemia. Una boda en una playa de arena blanca y aguas turquesa. Ambas ideas son compatibles, las últimas tendencias en vestidos de novia evocan un estilo natural que se basa en la playa, el agua de mar y la espuma de las olas pero sin caer en los tópicos de las bodas playeras. Dejamos de lado las flores exóticas, las antorchas y el estilo hawaiano para sumergirnos en un mundo de sirenas, de perlas y coral bajo las aguas del Mediterráneo. Pensamos en joyas vintage, en complementos de madreperla y los tesoros que se esconden bajo la superficie marina.

Esta reinterpretación del concepto evoca a una diosa de las aguas que surge de entre las olas. Hablamos de encajes vintage y telas antiguas y exquisitas acompañados de tocados amplios y con un aire contamporáneo. Se añaden al conjunto complementos de joyería que abundan en la profusión de perlas, jugando con los tonos blancos y nacarados.

En cuanto a los colores, el marfil y el color hielo dominan las nuevas tendencias, pero podemos atrevernos con una nota alegre en turquesa o rosa e incluso en estampados florales. Las telas se decoran con pedrería y perlas, con cristales y bordados, a la vez que los broches son la pieza clave que determinan caída del vestido.

En este estilo, delicado y muy romántico, la novia no tiene miedo a usar encajes antiguos y telas de caída suave. El chantilly y la gasa de seda se combinan con el encaje de hilo de plata. Rasos y sedas que evocan una imagen paradisíaca de belleza y renacimiento. Los tocados son la clave de este estilo, las grandes coronas de flores de encaje y los velos se combinan con sombreros de paja para añadir un toque bucólico al conjunto.